Un cineasta llamado Heráclito

En los siglos VI y V a. C. no existía el cine, pero sí uno de los presocráticos más famosos: Heráclito. En su tiempo le adjudicaron una descripción de resonancia cinematográfica: El Oscuro de Éfeso. La doctrina del filósofo se puede glosar con dos palabras: todo fluye. Uno de los aforismos que sobrevivieron al paso del tiempo expresa: “Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos”. La gran utopía ontológica del cine no fue otra que detener lo que deviene y fluye y hacer posible la repetición del devenir. En términos del Oscuro, lo que el cine intentó fue cruzar dos veces el mismo río, que el hombre de hoy, vivo o muerto, se encuentre con el que había sido una vez en un punto del tiempo y pueda tocar el agua que pasó por sus manos del mismo modo que la primera vez. ¿No es la naturaleza del agua su condición de fluidez? El agua, como el tiempo, pasan, están en situación irrefrenable de cambio; por eso, resulta posible y deseable pensar en la relación intrínseca y dialéctica entre el cine y el agua. Pero ¿cómo filmarla? De lo que se trata en este encuentro es de construir un caleidoscopio cinematográfico sobre los modos posibles de filmar el agua.

Biografía

Roger Koza (Córdoba, 1968) es crítico y programador de cine. Escribe en La Voz del Interior, la revista Ñ y dirige la web Con los ojos abiertos. Conduce el programa El cinematógrafo (Canal 10, Universidad Nacional de Córdoba). Es programador del Festival Internacional de Cine de Hamburgo (Alemania) y de la Viennale (Austria), además de director artístico del Festival Internacional de Cine de Cosquín y Doc Buenos Aires. Ha sido jurado en numerosos festivales internacionales y autor de varios libros y ensayos sobre cine contemporáneo.