Una minuciosa y cuidada labor de investigación hace posible, cada año, que la Muestra de Cine de Lanzarote desarrolle Trasfoco, esta sección especial del proyecto dedicada a un tema específico de nuestra isla. En esta ocasión el tema escogido ha sido la emigración, un fenómeno social sobre el que se ha querido dar una perspectiva amplia y diversa. En este sentido, la selección de películas que se ha llevado a cabo atiende a la emigración según ha sido narrada tanto a lo largo de la historia como desde distintos lugares del planeta.
Desde el área de programación de la Muestra de Cine se ha trabajado para que la selección de títulos llevada a cabo genere una visión lo más cercana posible a la enorme complejidad que el fenómeno de la emigración implica. Algunas películas abordan emociones como la angustia, la ansiedad o la desesperación de quienes sienten o saben que deben dejar los lugares en los que siempre han vivido; otras hablan de cómo quedan esos lugares cuando son abandonados por olas migratorias masivas, mientras que otras tratan acerca de la conexión emocional que las personas emigrantes mantienen con su lugar de origen a través la nostalgia o el recuerdo idealizado. El fenómeno de la emigración está, como todo proceso humano de semejante importancia y trascendencia, lleno de matices y recovecos. Es uno de los procesos sociales más antiguos y generalizados de la historia y, por tanto, no puede ser tratado de un modo simple o reductivo. A su vez, la vida de cada persona emigrante representa una perspectiva única y colectiva, algo que el cine tiene la capacidad de mostrar de una forma extraordinaria.
Quienes asistan a ver las películas de esta sección podrán comprender la emigración de acuerdo a cómo ha sido pensada y filmada a lo largo de la historia del cine. Tendrán la oportunidad de ser ciudadanos suecos del siglo XIX que sueñan con América, italianos en los años cincuenta del siglo XX que miran hacia Francia, españolas en los sesenta que buscan hacer su vida en Alemania o afganos en los años dos mil que huyen del horror instaurado en su país. Es, por tanto, una magnífica oportunidad para salir de nuestras vidas durante unas horas y meternos en otros cuerpos, experimentar otras emociones y, de ese modo, entender un poco mejor a quienes se han visto forzadas a tomar decisiones difíciles y arriesgar sus vidas de una manera que muchas otras personas, por suerte, no hemos tenido que conocer.