También la lluvia

En el año 2000, en Cochabamba, Bolivia, el director Sebastián y el productor Costa ruedan una película sobre Cristóbal Colón con la intención de mostrar al conquistador como un hombre ambicioso y cruel. Mientras Sebastián busca una mirada crítica y humana, Costa solo piensa en mantener bajo el presupuesto, eligiendo Bolivia por su bajo coste y su numerosa población indígena. Sin embargo, el rodaje se ve sacudido por la llamada Guerra del Agua, cuando la privatización del recurso desata una revuelta popular. Así, mientras recrean en la ficción la conquista de América, los protagonistas se ven inmersos en un conflicto real donde la historia parece repetirse: quinientos años después, el pueblo vuelve a levantarse, no por el oro, sino por el agua.