El cine canario y el cine hecho en el archipiélago ha tenido un crecimiento sorprendente a lo largo de las dos últimas décadas. Han sido numerosas las asociaciones, los colectivos y las empresas que han surgido y crecido en este periodo. Muchas de ellas han sido las responsables de impulsar el sector audiovisual canario hasta lograr que los representantes políticos amplíen los recursos para su desarrollo y consolidación.
De manera simultánea, no es menos cierto, y esto ha sido en ocasiones motivo de una queja por parte de algunos agentes y profesionales, que en determinados momentos las instancias políticas han tenido la mirada más puesta en la búsqueda de producciones extranjeras que viniesen a rodar a Canarias -apoyadas por los beneficios fiscales-, que en el desarrollo de un sector creativo fuerte y local que fuese capaz de exportar el talento insular a otros lugares del planeta. Esta ha sido, sin duda, una balanza tensa en la que han jugado un papel importante asociaciones como Microclima.
Junto a todos estos esfuerzos colectivos, asociativos y empresariales, cabe afirmar que los festivales de cine han sido uno de los agentes que de un modo más constante y entusiasta han apoyado al sector creativo de las islas. El papel que han tenido El Festivalito de La Palma o los diferentes programas puestos en marcha por el Festival Internacional de Cine de Las Palmas, desde sus primeras ediciones, han sido claves para que el cine insular se desarrolle, crezca y se profesionalice. El papel de estos y otros festivales no solo ha consistido en proyectar películas sino, más importante aún, en invitar a las personas responsables de las mismas para compartir experiencias, conversaciones y enfoques. Esta labor socializadora ha ido generando grupos de trabajo, alianzas y en muchos casos también amistades, que han permitido tejer un manto cultural consistente.
La Muestra de Cine de Lanzarote ha apostado desde su nacimiento por trabajar en esta misma dirección, y ha querido aportar su granito de arena al refuerzo del sector creativo y cultural isleño. Por eso, cada año se invita a todas las directoras y directores a pasar varios días en la isla y se intenta aumentar el premio de esta sección en cada nueva edición. Son gestos pequeños que crecen cada año, y que no buscan otra cosa que ayudar a visibilizar su importancia y valor.